Los patrones en nuestra vida, son más frecuentes de lo que pensamos, en ocasiones solemos repetirlos inconscientemente, sin embargo, eso no quiere decir que todas las veces, son completamente positivos, en la mayoría de los casos estos patrones nos dirigen a una vida llena de fracasos y eventos repetitivos que marcan de mala forma nuestro desarrollo personal y familiar. Es por esta razón que es muy importante identificarlos y saber cómo romper patrones del sistema familiar para hacernos de una historia propia honrando a los ancestros.
En el árbol genealógico se pone en evidencia los patrones emocionales que seguimos debido a los ciclos sistémicos que heredamos por generaciones. Las lealtades familiares nos motivan a seguir estos patrones, aun cuando éstos nos dañen o causen conflictos. Las lealtades invisibles o inconscientes nos mueven a mantenernos unidos al destino del sistema familiar, repitiendo la misma historia generación tras generación. Si hay un patrón de abandono, probablemente se continue repitiendo en tu vida, si hay una línea de mujeres maltratadas, probablemente en algún momento te hayas sentido como una, por la forma en la que tu papá te trató.
Patrones en el sistema familiar

«Según Bert Hellinger, los patrones familiares son modelos de pensamiento, emoción y conducta que se originan en el ámbito ancestral y se perpetúan de manera inconsciente a lo largo de las generaciones. Estos patrones, transmitidos a través de la dinámica familiar, influyen en la forma en que las personas perciben el mundo, se relacionan entre sí y afrontan los desafíos de la vida. La comprensión de estos patrones puede ofrecer una visión más profunda de las dinámicas familiares y ayudar a identificar posibles puntos de intervención para promover un cambio positivo.»
Esos pueden producirse por una creencia o idea que, dentro de la familia, se cree que es verdadera y se replica incesantemente por generaciones. La idea de que la mujer debe contraer matrimonio, por ejemplo.
Un patrón familiar también se puede dar reproduciendo una emoción a partir de un trauma o de alguna situación extrema que nos lleva a desarrollar un sistema emocional más complejo. Por ejemplo, la idea de que hay que sacrificarse y sufrir por el bienestar de los demás. Los patrones habituales son conductas habituales que se van repitiendo con el tiempo, hasta que pierden su trasfondo, pero no su repetición y constancia.
Con el paso de las generaciones, eso que los ancestros consideraron valioso e importante se va replicando en nosotros, hasta que lo hacemos conscientes y nos podemos dar cuenta de la intención positiva, pero de los efectos negativos que pudieran tener.
Repetición sistemática en familia

De acuerdo a los principios de las constelaciones familiares, existe en cada uno de nosotros la “buena conciencia”. Esta hace que cada miembro de la familia busque “ganar” méritos para pertenecer a la familia, perpetuando el rol que se ha ocupado en la familia: soledad, divorcio, desamor, abandono, enfermedad, etc.
La motivación de seguir este patrón familiar es el “amor ciego”, el cual nace de una inocencia familiar que cree que para ser un buen miembro de la familia requiere seguir el mismo destino que sus antecesores. Por su parte, quienes siguen la “mala conciencia” trascienden los límites de su conciencia familiar, atreviéndose a hacer las cosas de manera diferente a los miembros de su sistema. Esto es resultado de un profundo proceso de individualización, y que en oportunidades requiere un camino de soledad, pero de comunión con una consciencia más grande que es producto del “amor esclarecido”.
“En las constelaciones Familiares del Espíritu se superarán los límites de las distintas conciencias, pues el espíritu creativo que activa los movimientos de los representantes nos lleva por sobre nuestra conciencia personal a un plano superior, al plano del amor, que no conoce la negativa”. Bert Hellinger Esta conexión trasciende la genética, la dinámica relacional y el conocimiento consciente de nuestros antepasados, como se evidencia en las constelaciones familiares. Los hilos invisibles que nos unen a nuestra matriz sistémica manifiestan patrones familiares a través de sus consecuencias, que abarcan comportamientos, emociones y formas de relacionarnos arraigadas en nuestro árbol genealógico.
Cada sistema familiar ha experimentado eventos difíciles, dolorosos o traumáticos, como pérdidas tempranas, enfermedades graves, conflictos políticos, migraciones y abusos. Estos acontecimientos impactan los vínculos familiares al generar desconexión y limitar nuestra capacidad de amar.
La tensión entre nuestro deseo individual y el trauma transgeneracional fragmenta partes de nosotros dentro del sistema familiar, desconectándonos de nuestro presente, nuestras relaciones actuales y nuestra vida en general. A pesar de ello, mantenemos lealtad inconsciente a nuestro sistema familiar debido a los vínculos amorosos arraigados en lo más profundo de nuestra biología, lo que se refleja en los patrones familiares.
Todos nosotros estamos profunda e íntimamente unidos a nuestro sistema familiar.
Despojarnos de lo que no suma nada a nuestra vida es un verdadero reto, porque no hay nada más complejo que la fuera de voluntad al tomar una decisión, que seguramente es el primer paso a un camino hacia libertad emocional, financiera, social y familiar.
Despojarnos de los patrones familiares negativos es esencial para nuestro crecimiento personal y bienestar emocional. Al liberarnos de estas influencias, podemos romper ciclos dañinos y construir relaciones más sanas. Reconocer y desafiar estos patrones nos permite tomar el control de nuestras vidas, desarrollar una mayor autoestima y establecer límites saludables. Liberarnos de estas cargas, nos abre paso a nuevas oportunidades de crecimiento y autodescubrimiento. La liberación de patrones familiares negativos nos brinda la posibilidad de vivir de manera más auténtica, alineada con nuestros valores y aspiraciones. Este proceso puede ser desafiante, pero el resultado es una mayor libertad emocional y la capacidad de forjar nuestro propio camino en la vida.
¿Cómo romper patrones del sistema familiar?

Para romper los patrones en el sistema familiar existen algunos mecanismos que puedes ir desarrollando:
Dejar de estar en contra de tu sistema familiar: cuando críticas o haces juicios de tu familia estás condenándote a repetir tu propia historia. No puedes asegurarte que en algún momento no serás tú la que esté en esa situación.
Acepta a todos tal como son, pues al sentir a tu sistema familiar y tus ancestros, abres la puerta a la transformación como camino a la plenitud. Honrar a los ancestros, quienes vinieron antes que tú lo hicieron lo mejor posible de la forma en que sabían hacerlo. Pero te dieron la vida y eso es lo que te hace ser de forma perfecta. Agradece cada día a todos los miembros de tu sistema familiar dándoles el lugar en tu corazón y una reverencia desde el alma. Camina hacia la vida con humildad, vive con alegría, ríndete a la vida y acepta tu destino con amor y valentía.
Hablemos de un ejemplo más práctico para que puedas entender cómo puedes despojarte de estos patrones:
Lucía vino hace unos meses a terapia. Era una mujer de mediana edad, muy preparada académicamente, con sobrada experiencia, muy válida, pero tenía dificultades en permitirse tener un empleo que le diera una seguridad económica. Según lo explicaba ella, “de alguna manera me las apaño para acabar en puestos de trabajo que me permiten sobrevivir, más que vivir cómoda y tranquilamente”. Si encontraba opciones para que eso fuera distinto, sentía un fuerte miedo y parálisis y no se daba la oportunidad de cambiar.
Cuando recabamos información de su sistema familiar para armar su Genograma, Lucía explicó que era la tercera hija de sus padres. El padre había trabajado toda su vida en una empresa y la madre, que de joven por motivos familiares no tuvo la opción de poder estudiar, se dedicó a cuidar de la casa y los hijos con bastante frustración porque era una mujer que hubiera querido desarrollar su carrera profesional. El abuelo paterno de Lucía trabajó en un negocio que él mismo creó y que le funcionó muy bien, pero la abuela estuvo muy delicada de salud toda su vida y pasaba mucho tiempo en cama. La madre de Lucía provenía de una familia muy humilde que emigró a Caracas para tener mejores opciones, aun así, el abuelo estuvo trabajando de todo lo que encontraba para poder mantener la familia de ocho hijos que cuidaba la abuela en casa.
Para Lucía fue revelador poder observar el patrón establecido en su sistema en el que las mujeres anteriores a ella, por distintos motivos, no habían podido ser mujeres autónomas económicamente. No tuvieron las oportunidades ni los recursos para desarrollar una profesión que les permitiera ganar su propio dinero. Y a pesar de que ella, sí ha tenido esta suerte, de alguna manera, era fiel a este patrón, encontrando trabajos que le daban la economía justa para poder subsistir. A pesar de vivir otros tiempos, Lucía era leal a su madre y a sus abuelas. Como si en ella hubiera una voz silenciosa que dijera, “si para vosotras no fue posible, para mí tampoco lo será”. Esta era la narrativa secreta del patrón familiar que bloqueaba el desarrollo económico de ella.
A través de un estudio de árbol genealógico, para Lucía fue liberador poder honrar y respetar la vida de sus anteriores. Asentir internamente a que estos fueron sus destinos, y sí, no fueron los más fáciles, o los que ellas quizás hubieron deseado, pero fueron los reales, los que, fruto de sus circunstancias, sí tuvieron lugar. Honrarlas así también le permitió a Lucía ver la grandeza de todas ellas, y reconocer, también, todo lo que ellas sí pudieron dar al sistema, todo lo que cuidaron, todas sus fortalezas. Solo desde aquí ella pudo encontrar la suya propia para poder responsabilizarse de su parte económica y materializar los cambios que la condujeron hacia lo que deseaba para sí misma.
Ahora que entiendes la importancia de deshacernos de estos patrones que no nos dejan más que decrecimiento en nuestra vida y mucha inconformidad, puedes comprender que lo mejor que puedes hacer es tomar la decisión de desvincularte de ellos…

Estamos mucho más cerca de nuestro linaje familiar de lo que imaginamos. A veces esta cercanía es favorable, es un recurso que nos da fuerza y alas para vivir la vida que deseamos. Otras, en cambio, perpetuamos patrones familiares que nos limitan, nos quitan libertad, nos mantienen atrapados en lugares que nos empequeñecen.
Como últimos consejos, te comparto estos tips para que inicies con el diseño de la vida que siempre has querido vivir, mi deseo es que seas plenamente feliz y encuentres tu lugar en el mundo y en tu familia. Recuerda que no tienes que ser otro eslabón de la cadena, contigo puedes romper todas las situaciones que no dejaban que tu historia familiar tuviera un final feliz.
¡Tenlos muy en cuenta!
1. Reaprende a ser tú mismo
2. Acepta que tu infancia te influye
3. No normalices lo que es disfuncional
4. Decide si una relación merece la pena
5. Acepta lo que no puedes cambiar
6. Pregúntate qué quieres para ti
7. Trabaja para convertirte en tu mejor versión